A quienes se decanten por el whisky sin soda.
A quienes defiendan el sexo sin boda.
A todos aquellos a los que les sobren los motivos.

Bienvenidos a mi hogar, dulce hotel.


sábado, 27 de junio de 2009

Azul, inmenso, bravo y precioso. Suave como la seda, frío como el hielo. Salado, igual que el sudor de tu espalda. Espumoso, igual que la cerveza dorada en mi mano y en la jarra.

Arena deshaciéndose en los pies, el sol calentándome la frente, tu mirada ardiente en la retina, y tu lengua en mi boca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario